PIONEROS: el Círculo ⭕️ se está cerrando. 🚪
Cada vez es más difícil y caro poner un proyecto, que no una idea, en marcha.
Ya os lo digo yo, que llevo unos quince años estudiando el tema. Sólo quedan dos. Dos. Nada más.
Sal a vender como si no existiera el mañana.
Tu cuerpo te lo está pidiendo, es hora de emprender, pero…
Ser un pionero es algo extremadamente caro y raro.
La mayoría de la gente prefiere copiar y mejorar en todo caso, lo llaman innovación, eso dicen.
Escucho atentamente a la gente sensata, porque es una muestra de poseer una gran inteligencia.
Y desafortunadamente la sensatez también es algo caro, porque normalmente llega con retraso, y con la madurez. A tomar por culo, ateos.
Creer es sinónimo de ser inteligente, pero creer en ti y en tus valores, no es algo que llegue de repente.
Cuando se es joven, hay que creer a tus papás, hay que hacer caso.
Mis padres siempre me han enseñado a acatar ordenes y a rodearme de personas inteligentes y maduras.
Pues hace poco, Carlos Blanco, en una entrevista, comentaba que si empiezan diciendo en una reunión, Tengo una idea, El coge la puerta y se va. Con dos o con cuatro cojones. Olé, olé y olé.
Cuantas veces habré dicho esa frase y cuántas otras, otras muchas tantas, la misma payasa o payaso que se ha reído delante mía y diciendo cualquier brutalidad, van y me copian.
Les mando un afectuoso abrazo a todos mis ex empleados que he despedido en este mes, en especial a un mamarracho de Puerto Ordaz, al que un juez ya ha estudiado y bendecido mi demanda, os recuerdo, que tenéis contrato de confidencialidad para diez años más y no me ando con chiquitas, y me vais a pagar mi oficina de Caracas, a base de pleitos y querellas.
G, y J. Estáis incluidos. Sobretodo después de lo de hoy, calentito lo lleváis.
Dos ideas.
No quedan más, y las dos las estoy gestionando yo.
Elon ya se apuntó el cambio climático.
En mi primer viaje a Perú llamé a mi padre, asombrado de dos cosas:
Uber, funcionaba muy bien fuera de España.
La migración y la calidad de las personas del Perú.
Al día siguiente vi la película, La gran apuesta o The big short.
Lo volví a llamar, a don José María y le dije que quería solucionar la inmigración y la migración, (no son lo mismo), ya que lo del agua me parecía algo extraterrestre y extraño, a lo que me contestó, que adelante pero que no estaba preparado para ello y que primero estudiase bien la blockchain, sí señores, mi papá la estudió y se documentó antes que yo, y algunos de los que me leéis, estarían casi que mamando teta aún.
Me alentó como pocos, me inspiró como nadie. Uno solo. Sólo él, y nadie más, su sombra es nada comparada con lo que alumbra su luz.
Y así, hasta hoy, decidí trabajar para Uber, acepté trabajos de Telefónica y de LATAM, y seguí cruzando el charco en turista, hasta que un cáncer de colon (Benigno, que se vayan a quejar u ofender, hay que clarificar señoritos del salón de blocks) hasta que ese cáncer me estropeó la fiesta en compañía del COVID.
Que por cierto, se llevó a mi tío Agustín Cabrillana Riscos, persona a la que admiro mucho muchísimo y fue el primero que me dijo claramente que iría a mi primer concierto. Además de ser el hombre ingeniero y señor caballero y seductor, que me enseñó a dibujar coches y mostrarme sus mejores cromos. Gracias 🙏
Tito, lo siento, no estás aquí pero tus cenizas seguro que ya están bombeando glóbulos en otro cuerpo, y tu paz será el mañana.
Gracias 🥲
PD: los medios sí que justifican el fin si eres una persona noble.