NUESTRO YO EMOCIONAL ¿Cómo gestionar las emociones fuertes en momentos de presión?
Todos y cada uno de nosotros tenemos un YO EMOCIONAL que nos hace ser más fragiles, maleables, estúpidos y contrarios a la razón. Aprende a manejarte.
Bueno, es sabido por todos y aún más con cada año que cumplimos, que no se puede contentar a todos.
No se puede agradar a todo el mundo, porque existen una gran mayoría de personas que viven en permanente frustración, y en el mundo de la mentira y de la crítica fácil y destructiva.
NO QUIERO ENFRENTARME A LA MENTIRA
No quiero tener que disculparme cuando no es debido, no quiero tener que aguantar en mi vida calumnias que no me agraden, porque yo hablo claro y digo la verdad, y como ya hemos hablado antes en esta publicación, la verdad duele más.
Es por tanto que nuestras emociones pueden jugarnos malas pasadas. Tenemos que tratar de alejarnos de las malas personas, es instintivo, pero a veces esas emociones, en vez de servir como lazos, nos pueden jugar como MUELLES, que nos unen y cuando creíamos estar fuera, nos tiran para atrás, al punto de partida, ocasionando un choque.
En ese choque es cuando se producen las situaciones peligrosas, porque es en nuestro mundo más cercano a lo terrenal y emocional, donde se producen los conflictos. Las personas, mujeres y hombres, operan la mayoría del tiempo en modo racional, pero sentimientos como el amor, la ternura y el cariño nos van a jugar malas pasadas. Provocando la ira, el nerviosismo, superando con creces la barrera explosiva del miedo.
Ya que a veces uno espera algo de una persona, y no somos capaces de articularlo con palabras, eso es un atraso.
Las palabras hay que articularas, hay que decirlas, hay que expresarlas, están para eso.
Tu voz no puede ser silencio.
Pero de de una forma comedida, no hay nada más atractivo en una persona que expresar nuestra simpatía, nuestra honestidad y nuestra honradez, generar empatía y preocuparnos por los demás. No existe nada más atractivo, vuelvo a repetirlo, y de forma despreocupada. De esa forma, sin preocuparte del impacto que generas en los demás es cuando creas muelles de los flojos y suaves que atraigan a ti personas de calidad, siendo tu propio imán y magnetismo el que influya, sin tener que buscar.
Sin necesidad.
Se vive mucho mejor
ROTOS: Atrasa las decisiones
Nuestro yo emocional puede ser tremendamente pelandrusco, de forma que causes justo lo contrario a lo que estás buscando, por el hecho de una palabra más alta que su volumen natural, o una palabra mal dicha, o un gesto mal dicho, o lo que sea, todo es juzgarle.
Retrasa las decisiones, en caliente como se dice, no se toman decisiones, se toman rotos.
Roturas de relaciones, amigos que se van, hermanos que se distancia, padres e hijos que no se hablan, parejas que discuten y se rompen. Los ejemplos son infinitos.
Creer es crecer: no esquives las criticas
No las esquives, muéstrate tolerante al cambio, a la indecisión, hay que tomar riesgos y hay que creer en ellos para poder crecer.