Pudiera ser el título de una canción, pero es algo que me ha pasado en ocasiones, no es fácil mantener la energía y la motivación.
Cuando uno siente que se van esfumando las razones por las que pelear, y el dolor empieza a aflorar…, es en este momento cuando uno necesita tirar de la disciplina.
Es una palabra silenciosa, no hace promesas, tampoco te pregunta cómo te sientes, en cambio te recuerda que sigues estando en el camino que te propusiste estar. La disciplina enciende a la motivación, círculo que debes cuidar, sin duda el trabajo gana al talento.
Me vino esta pequeña reflexión al ordenar uno de mis poemas casi olvidados, pero que espero más pronto que tarde publicar:
Es el olvido quien me calma,
cómo si fácil fuera arreglar esta:
mi alma.
Es mi lucha quien me despierta,
entre sentimientos vacíos,
emociones opuestas,
mares de contradicciones,
y una piel que ya sólo me es extraña.