#209: La tristeza
La tristeza es para vivirla. Cuando llega la tristeza a tu vida, no trates de expulsarla cuanto antes, observa y aprende de lo que te quiere decir.
Porque cuando llega, casi siempre tiene sus motivos, y es una estupidez querer abrazar pronto la alegría forzando situaciones en las que ésta se manifiesta. Porque no necesitas hacer lo que siempre te expulsa la dopamina del cuerpo, ni irte de fiesta, ni celebrar cualquier improvisación, para poder así, estabilizar la barca de nuestras emociones.
La tristeza es necesaria para poder visualizar mejor el camino por el que discernimos nuestras verdades. No hablo de depresión, hablo de momentos en los que sentimientos como la culpa o el arrepentimiento hacen mella, si están ahí es para preguntarles que hemos hecho mal esta vez, y cómo podemos seguir dando pasos en nuestra dirección apropiada sin hundirnos.
Recomiendo este video de Yokoi Kenji, donde se nos muestra porque la cultura japonesa nos lleva siglos de ventaja, y aunque con sus defectos, tienen la ventaja de tener un espíritu de grupo donde se detienen en el silencio de la tristeza para saber sus por qué, sus cómo, sus cuándo y sus dónde, para estar así mejor preparados al camino silencioso que nos abre, y al nuevo impulso que nos brinda.