La depresión sí es una enfermedad
Hay quien dice y afirma lo contrario, incluso los médicos. La tristeza puede ser necesaria, pero no la depresión.
En el día de mi santo quiero hablar de algo importante, de la depresión.
Una enfermedad que puede que quiera privarte de la comida, del sueño o de salir a la calle.
Que distorsiona tu realidad.
Que modifica tu respuesta inmune.
Que crea cambios negativos en tu cuerpo.
Que cambia tu respuesta ante la verdad.
Que te hace sentir mal, cansado, y propenso a cualquier desequilibrio.
Que te hace callar, dormir sin descansar, mentirte a ti mismo y olvidar la última razón, por la que despertar.
Que te hace huir, perder peso o engordar sin necesidad.
Como algo tan perverso, no puede ser llamado por su nombre.
¿Por qué hoy en día con tanta información, con tanto avance de la ciencia, seguimos confundiendo cosas tan importantes como esto?
¿Cómo una sintomatologia que pretende hacerte desaparecer y autolesionarte, no puede ser llamada enfermedad?
La persona a la que más admiré, pasa años en este estado.
He sido testigo frecuente de los efectos traumáticos derivados de un estado enfermizo que no trae nada bueno.
Pero otros dirán que es preferible, o que es algo normal.
No puedo concordar. Lo siento pero no, la depresión es una epidemia y en nuestro país tenemos los recursos para combatirla aunque nos guste crear dependientes enfermos crónicos.
La salud mental es una moda en el mal sentido, porque acrecenta de forma negativa sus causas y efectos sin incidir en sus raíces.
La ciencia y la medicina aún no se han puesto de acuerdo en que nuestra conciencia, que no nuestro cerebro, puede tener problemas serios.
Y porque la conciencia no sea un órgano que falle como un corazón con bajo pulso, o un hígado con problemas; puede tener la llave a que de forma consciente, dejes de respirar.
Y eso no es una opción, es una obligación por la que hay que combatir.
Que no te engañen, no te equivoques, tú también fuiste depresivo en algún momento de tu vida. Hay quien no dispone de herramientas para salir de ello fácilmente.
La esperanza siempre es la única opción recomendable.