ESO ES MENTIRA. El dilema progre-ateo.
Nadie nace creyendo, pero la vida y sus experiencias te van configurando una determinada espiritualidad. En algo tienes que creer.
Hay personas empeñadas en no-creer, y en su intento de auto disfunción pues contagian a los demás.
Me considero una persona con principios progresistas, pero obviamente el progresismo bien entendido no existe en nuestro panorama político.
Hay ciertas cosas que para comprenderlas tienes que verlas repetidas en muchos sitios, y por muchas personas diferentes, sin conexión entre ellas.
La estupidez, la incultura, y la pobreza en definitiva, que viene a ser eso y no la referida a la economía. Sino la pobreza mental o llámese brutalismo.
Es demasiado común, y como ya he dicho antes tu única solución ante este tipo de personas es poner buena cara, sonreír y otorgar, todo lo demás no sirve.
Pasar de los cuarenta sin haberte suavizado, sin haber encontrado tu espíritu, sin progresar. Debe ser extremadamente triste, una pena verlo repetido en todas partes.
Eres un perdedor
En mi caso, lo he sido, o he aparentado serlo, e incluso me lo he llegado a creer, por eso, por creerme las tonterías de los demás.
Lo malo de no tener una fe totalmente definida es que sigues creyéndote basura ajena por doquier a veces.
Todos nacemos ateos, y es en la edad joven cuando tiene sentido serlo, no es malo para nada. La rebeldía es un modo de vida en mi caso, nunca una lucha perdida.
Pero con principios y con valores, porque siempre preferiré al igual que mi padre, tener los bolsillos vacíos a tener que perjudicar a alguien.
Mucha gente prefiere hacer trampas y llegar antes a su destino, les deseo una suerte infinita. También decir, que todo lo que comienza en un calentón, acaba siempre en vergüenza. Plantéatelo.
¿Por qué es tan difícil respetar?
Si quieres que te respeten, tienes que respetar a todos y a todo. Sin condiciones.
¿Por qué los progres de medio pelo saborean la mentira? ¿Por qué prefieren obsesionarse con todo lo ajeno? ¿Por qué tiran la piedra y esconden constantemente la mano? ¿Por qué?
Pues no hay respuesta fácil, pero básicamente por la incultura, y porque se quedan siempre en el borde, nunca profundizan.