Eso a lo que llamó Picasso
La biografía de Picasso es la de un artista total, que supo trabajar y buscar su éxito confiando no solamente en su talento, sino también en su capacidad de negociación.
La inspiración en el arte surge de estados transitorios en los que nuestra mente está llena de estímulos primarios y se siente presa de diferentes emociones.
Algunos artistas saben llegar a esos estados de forma natural; otros prefieren el uso de drogas varias para estimularlos.
Me apasiona escribir, pero no me preocupa tener una gran popularidad o alcance. Para mí, ser leído por vosotros —unos cientos de personas cercanas a lo largo de mi carrera— es suficiente.
Sé que cuando llegue el momento de tomarme en serio, no la escritura, sino la publicación, tendré a mi alcance las diferentes herramientas de marketing para llegar al público deseado. Mientras tanto, sigo acumulando escritos, ideando mis historias ya comenzadas y recibiendo algunas opiniones sobre mi estilo, mientras mantengo mi ocupación principal.
Volvamos a una de las personas más influyentes del siglo XX: Pablo Picasso, malagueño y pintor desde muy pequeño, por influencia de su padre, profesor, con quien luego se enemistó.
Hombre de carácter difícil, decidió emigrar a la capital del mundo de la época: París, donde el dinero fluía en grandes cantidades y la boyante socialité de la ciudad solía apadrinar a grandes artistas como él, destinando buena parte de sus beneficios a su apoyo.
No se casó con ningún marchante de arte, y tuvo numerosas relaciones, que fueron clave en su avances, y cambios de estilo. Supo ver el beneficio de su obra, peleando hasta los céntimos de sus cuadros. Muy criticado posteriormente por una cosa u otra, Pablo fue una persona extraordinaria, transgresora, y fundador del Cubismo, así como el uso del collage entre grandes artistas
Dicen que, cuando Picasso iba a algún restaurante, no le traían la cuenta, sino papel en blanco. Tener un Picasso era sinónimo de codicia y especulación.
Pero, ¿cómo una persona tan brillante como él —a quien la psiquiatría posterior ha tildado, como mínimo, de bipolar— se hizo a sí misma?
Fácil: trabajando, trabajando y trabajando.
No hay atajos.