Calma y paciencia.
Todo es muy fácil de malentender.
Si fuese egoísta ya estaría mil veces muerto, para todas las formas que me he enfrentado al peligro.
Si fuese valiente, estaría más allá que acá.
Pero como estoy bien, en lo único que estoy pensando es en mi vida dentro de unos diez o quince años. Cuando pueda valorar y saber que los riesgos y las decisiones que tomé fueron en la dirección correcta.
Porque si no lo hago yo, llegará algún otro, se aprovechará de mi marca, de mi proyecto y de mis ideas; y simplemente será rico, y yo otro pobre mirando por el retrovisor.
Veremos en 2030 o en 2034, qué es lo que será Migro entonces. Ahora es simplemente como cuando un gusanillo de seda se convierte en su mariposa, o no. Así no es la historia, pero tampoco os quiero convencer ni aprovecharme de nadie.
Gracias a Dios que la marca Migro me tocó a mí, y gracias a Dios que podremos algún día aventajar oportunidades a las personas que realmente lo necesitan. Porque migrar no es fácil, y mi reputación ya me la manché yo solito.