302: ¿A costa de quién?
Hay personas que nacen con cierto valor y en la vida se enfocan en no caerse, mientras que otros desde pronto aceptan que tienen que escalar y aprovechar cualquier oportunidad para seguir creciendo.
Y si te caes, ten un salvavidas que puedas utilizar en caso de emergencia. No todos nacemos en países ricos, o en familias estructuradas, o la mala suerte se nos cruza en el camino antes de que hayamos conseguido el pleno control sobre nuestras vidas.
Cada uno sobrevive con su cruz de una forma u otra. Pero también existen personas a las que les gusta zancadillear el paso de los demás, lo vemos a diario, en todas partes, la traición, las faltas de respeto. Y es que cuando basamos nuestra felicidad en restársela a los demás, o nos alegramos cuando a otros les va mal, lo único que estamos haciendo es depreciarnos, perdemos valor ante nosotros y ante el mundo.
Por ello, una buena educación es aquella que se basa en la ataraxia, en el respeto a los demás y en dejar hacer y deshacer a los demás lo que quieran, sin que nos afecte, a vivir sin celos ni envidias, a no compararnos con lo externo, y solo rendir cuentas ante uno mismo. Porque la comparación si existe debe ser con nuestro espejo, y aceptar que en un momento dado cuando nos pintan canas, o se nos empieza a caer el pelo, o notamos que ya no somos tan atractivos como antes y de que hay que realizar un esfuerzo extra para casi todo lo que antes nos era más fácil, es en esos momentos cuando podemos verle el valor a nuestra vida, a nuestro camino, a nuestra familia, amigos y apoyos que tenemos que seguir cuidando.
Llega un momento que es importante aceptar que vamos ya pendiente abajo, es importante caminar con bastón, midiendo las consecuencias que pueden tener no solo nuestros actos sino también nuestras palabras.
Cuidar los apoyos que siempre hemos tenido y volver a escalar si es necesario, nunca es tarde para nada, siendo la juventud, no más que un estado de ánimo o sentimiento, y no siendo una medida objetiva en la que fijarse.
Así que vive, deja vivir y que no sea a costa de nadie. Vive tu camino y enriquécelo.